Todos hemos oído la palabra big data , la cual podríamos traducir como grandes datos, y que bajo ese concepto nos referimos a la recolección , almacenamiento , tratamiento y análisis de enormes repositorios de datos. Hay un inmenso poder en el Big Data y su análisis , ya que permite a los ejecutivos y empleados innovadores encontrar nuevos nichos de mercado, ajustar la oferta de sus productos, aumentar los márgenes de beneficio…. Parece atractivo pero sin embargo, la captura del valor y el conocimiento que nos proporcionan los datos a partir de información procesable requiere un cambio de paradigma en la cultura de trabajo con los datos , principalmente a nivel empresarial, tal y como indica el informe “Big data and democratisation of decisions” creado por The Economist.
La para fomentar la cultura de trabajo con datos las empresas deben fomentar la “dattitude” o actitud hacia los datos de sus empleados. Dicho de otro modo, deben facilitar a sus empleados acceso a los datos y las competencias del trabajo con los datos para que puedan humanizar el big data . Es decir no solo necesitamos los datos del big data, sino más bien analizar estos datos en paralelo en combinación con los datos más tradicionales como queda bien plasmado en la infografía creada por Alteryx llamada “Humanizing Big Data“.Pensemos en el big data también a nivel personal y no solo empresarial. El big data debe ser responsable, debemos «domesticarlo», por lo que debe terminar donde comienza, es decir en las personas. En esta línea de reflexión es ampliamente recomendable el libro “The human face of bigdata” donde nos expone la idea de que no solo debe ser ese “petróleo” que nos han vendido para generar nuevos o mejores modelos de negocio, sino que también debería servir para generar valor social, como por ejemplo la detección de terremotos y tsunamis en las zonas sensibles, para mejorar el flujo de tráfico en las carreteras, para detectar los productos farmacéuticos falsificados, eficiencia de energía destinada a calefacción, electrodomésticos, oficinas, … es decir los datos que todos nosotros hemos generado, nos ayuden a mejorar la calidad vida de todos.
Esto nos lleva a una nueva “dattitude” o actitud hacia los datos, fomentar nuestra actitud de exigir el tratamiento de los datos de forma responsable y al servicio de las personas. Dicho de otro modo, es fomentar el trabajar los datos para el procomún. Y de esta premisa es donde nace el open data, o también llamados datos abiertos que se trata principalmente de la apertura de datos públicos. Es decir, consiste en poner la información que posee el sector público al alcance de todos en formatos digitales, estandarizados y abiertos, siguiendo una estructura clara que permita la comprensión. Al mismo tiempo se facilita el acceso a esta información con el fin de fomentar la reutilización. De esta forma cualquier actor de la sociedad como ciudadanos, empresas e instituciones puede acceder y disponer de estos datos de una forma fácil. En primer nivel para informarse, pero en segundo nivel al permitir la reutilización de los mismos se pueden crear nuevos servicios que podrían convertirse en nuevos de valor social y/o comercial
El poder de facilitar la información pública en formatos abiertos para que todo el mundo pueda utilizarlos va más allá de la idea de permitir la reutilización de la información: es devolver a la sociedad sus datos públicos y fomentar la transparencia y la reutilización. Pero esto nos devuelve toda una serie de preguntas éticas , de las cuales destaco dos:
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¿ Quién “posee“ qué?
Si los datos son generados por ejemplo en un espacio público ¿ Por qué estos datos deben mantenerse en privado? ¿Los datos que se generan en este espacio a quién pertenecen? ¿A las administraciones? ¿ Al ciudadano? ¿ Es el open data la solución?
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¿Qué pasa con evolución de la privacidad?
Hay una máxima en internet que dices que cuando un producto o servicio es gratis , nosotros somos el producto. Es decir nuestros datos, los sitios que miramos, las cosas que compramos, la información que compartimos acerca de nosotros mismos…. Nosotros podemos ser conscientes de nuestra privacidad y mantener cautela de la información que compartimos , pero por ejemplo la información la pueden dar nuestros amigos, no solo nosotros . Por lo cual pueden estar recabando información sobre nosotros personas o entidades que no deseamos. ¿ Cómo salimos de este “gran hermano”? ¿ Dónde están los límites de la información sobre nosotros que nosotros no generamos? ¿ Es la privacidad un bien escaso en vías de extinción? ¿ Son los biodatos, datos biológicos que recogen nuestros smartphones o los llamados wereables (dispositivo electrónico que llevamos encima como una pulsera) la última frontera la desaparición de la privacidad?
En resumen, debemos fomentar el desarrollo de dattitudes, y de nuevas competencias personales y profesionales hacia la gestión de datos, desde su generación, procesado ético y creación de valor personal y social.
[…] Todos hemos oído la palabra big data , la cual podríamos traducir como grandes datos, y que bajo ese concepto nos referimos a la recolección , almacenamiento , tratamiento y análisis de enormes repositorios de datos. Hay un inmenso poder en el big data y su análisis , ya que permite a los ejecutivos y empleados innovadores encontrar nuevos nichos de mercado, ajustar la oferta de sus productos, aumentar los márgenes de beneficio…. Parece atractivo pero sin embargo, la captura del valor y el con […]
[…] Todos hemos oído la palabra big data , la cual podríamos traducir como grandes datos, y que bajo ese concepto nos referimos a la recolección , almacenamiento , tratamiento y análisis de enormes repositorios de datos. Hay un inmenso poder en el big data y su análisis , ya que permite a los ejecutivos y empleados innovadores encontrar nuevos nichos de mercado, ajustar la oferta de sus productos, aumentar los márgenes de beneficio…. Parece atractivo pero sin embargo, la captura del valor y el conocimiento que nos proporcionan los datos a partir de información procesable requiere un cambio de paradigma en la cultura de trabajo con los datos , principalmente a nivel empresarial, tal y como indica el informe “Big data and democratisation of decisions” creado por The Economist. La para fomentar la cultura de trabajo con datos las empresas deben fomentar la “dattitude” o actitud hacia los datos de sus empleados. Dicho de otro modo deben facilitar a sus empleados acceso a los datos y las […]