Recientemente impartí una formación específica para personal de la Diputación de Tarragona llamada “Eines i bones pràctiques per evitar la infoxicació” entre cuyos objetivos principales radicaba el adquirir habilidades en la gestión de la información y conocimiento, potenciando la creación de entornos personalizados de aprendizaje. La gestión de la información era el punto clave, y fue muy interesante observar la “angustia informacional“ de los asistentes y contrastar su necesidad de gestión crítica de la información y de aprendizaje continuo. Al inicio pudimos conjuntamente explorar las razones de esa “infoxicación” o sobrecarga informativa.
Entre ellas salieron algunas de estas siete:
- Recogemos más información de la necesaria para apoyar la competencia de nuestras razones para tomar decisiones.
- Recibimos una gran cantidad de información que no hemos solicitado ni nos es útil.
- Buscamos más información de la necesaria para tratar de comprobar que la que se tiene es la correcta.
- Necesitamos demostrar nuestra justificación de decisiones.
- Recogemos información por si pudiera ser útil en un futuro.
- Vamos a lo seguro y tratamos de obtener toda la información posible sobre un tema.
- Nos gusta utilizar la información como moneda de cambio para no quedarnos atrás respecto a nuestros colegas.
Como vemos muchas de ellas son pautas de higiene informacional en la ingesta de información. Pero vayamos un paso mas allá. En sentido general a Wikipedia define que la información es “un conjunto organizado de datos procesados, que constituyen un mensaje que cambia el estado de conocimiento del sujeto o sistema que recibe dicho mensaje”.
En un sentido figurado podemos ver, que los que leemos, observamos, aprendemos , o dicho de otro modo lo que “in-troducimos” en nuestra mente , nos “da forma” , es decir nos condiciona como pensamos , como aprendemos y al final como actuamos. Si esto le sumamos un entorno digital con gran abundancia cognitiva , de recursos y de contextos de aprendizaje, podemos ver el aprendizaje como una corriente que fluye en una red o patrón en el cual podemos entrar cuando queremos. Un entorno en el que nos podemos “reinventar” como persona y como profesionales con mayor aprendizaje y conocimiento.
Pero si queremos dirigir nuestro propio aprendizaje, deberemos ser capaces de construir un entorno Personal de Aprendizaje o PLE [acrónimo de Personal Learning Environment] que es una expresión que se viene utilizando para referirse al conjunto de herramientas, servicios y conexiones que empleamos para alcanzar diversas metas vinculadas a la adquisición de nuevas competencias. Aprender a través de un PLE nos permite dirigir nuestro propio aprendizaje, tal como ocurre con el aprendizaje informal, conectando información de diversas fuentes de información que llega filtrada y comentada por la comunidad en la que se participa.
Pero para ello debemos adquirir nuevas competencias : las hardskills o competencias duras: para crear un PLE (herramientas y filtros) explorando herramientas que nos permiten crear un PLE, como por ejemplos Netvibes, Symbaloo, Pageflakes… y competencias blandas softskills: que nos permitan fomentar la síntesis, el criterio y el filtrado, para crear una Red Personal de Aprendizaje (PLN) o Personal Learning Network, realmente eficaz.
Esa la fórmula: Primero aprender métodos de búsqueda, gestión y filtrado de información , segundo diseñar el propio entorno personal de aprendizaje, y finalmente crear nuestra PLN estableciendo criterios de fiabilidad y gestión de los marcadores sociales para identificar referentes a la red en las áreas de conocimiento que nos interesen.
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