La mayoría de nosotros hemos oído hablar del término big data ( o grandes volúmenes de datos) y algunos menos de open data , que son los datos que pueden ser utilizados, reutilizados y redistribuidos libremente por cualquier persona y normalmente libera la administración pública. Pero muy pocos conocen o le dan importancia al tercer gran actor dentro ecosistema de los datos, el personal data o los datos personales. Un dato personal , lo podríamos definir de forma rápida que es cualquier información que permita identificarte o hacerte identificable
El catedrático Manel Castells en Lección inaugural del curso académico 2001-2002 de la UOC llamada Internet: ¿una arquitectura de libertad? Libre comunicación y control del poder, ya dibujaba hace más de diez años un escenario donde mencionaba los peligros de la privacidad y los datos personales . «Conforme el uso de Internet vaya generalizando la información y el conocimiento sobre la importancia social decisiva del control sobre Internet, puede ser que la batalla por la libertad en la red, incluida la libertad económica de acceso a la red, desborde los confines de la actual elite ilustrada»
¿Qué es un dato de carácter personal? Por ejemplo podríamos considerar un dato personal el nombre, DNI, una fotografía o una grabación de voz, la IP, un pin de teléfono, un avatar, la dirección de email, el CV, la orientación sexual, la condición de consumidor de un producto o de cliente de una empresa, la situación crediticia, un diagnostico, el historial médico, los hábitos de consumo, la cuenta de banco, la afiliación a un club o red social, etc. Normalmente podemos disponer es una estructura de datos personales similar a esta.
Datos de Identificación: nombre, apellido, domicilio, teléfono, PIN, correo electrónico, firma, DNI, NIF , fecha de nacimiento, edad, nacionalidad, estado civil, sexo, imagen, dirección de IP, etc
Datos Laborales: puesto, empleador, domicilio, correo electrónico institucional, teléfono del trabajo, legajo, nómina, sanciones, licencias, seguridad social, aportes, historial en la empresa
Datos Patrimoniales: información fiscal, historial crediticio, cuentas bancarias, ingresos y egresos, información de consumos, situación de solvencia, etc.
Datos Académicos: curriculum vitae, trayectoria educativa, títulos, matriculas, certificados, condición de alumno, calificaciones, etc.
Datos Ideológicos: creencias religiosas, afiliación política, sindical, pertenencia a organizaciones de la sociedad civil, asociaciones religiosas, etc.
Datos de Salud: estado de salud, historial clínico, enfermedades, información relacionada con cuestiones de carácter psicológico, psiquiátrico, régimen de licencias, etc.
Vida y Hábitos Sexuales origen étnico y racial, orientación sexual, análisis de perfiles, etc.
¿A quién le pertenecen los datos Personales? Cada persona es dueña de sus datos personales, y es quien decide a quién, para qué, cuándo y por qué los proporciona. Los datos personales pertenecen a su titular, no al dueño de las bases de datos. Tener bases de datos personales es una actividad permitida pero regulada. Para que sea lícita, los responsables de bases de datos deben cumplir con las Leyes de Protección de Datos.La Ley atribuye a los ciudadanos la titularidad, el control, el poder de disposición y autodeterminación sobre sus datos personales, supeditando el tratamiento de los mismos al consentimiento e/u información previa.
Podríamos asumir que “estamos protegidos” pero sin darnos cuenta somos nosotros los que diseminamos los datos por la red. Si pensamos ¿ cuantas redes sociales o aplicaciones hemos instalado haciendo clic en «Estoy de acuerdo» luego perdemos el control ? ¿ Cuantas cuentas de usuario hemos creado dando datos personales y cuantas realmente utilizamos o tenemos activas? No vemos el peligro puesto que pensamos que son un par de datos personales sin importancia, a cambio de una aplicación gratuita. ¿A quién le importa si en una aplicación soy un gran fan de Madona, o en otra soy apasionado del montañismo y en una tercera digo que mi mejor amigo es Juan el contable de mi empresa? Parece inofensivo ¿no? El problema radica en lo que está sucediendo con todas estos conjuntos de datos: que de forma sistemática están siendo recopilados en todos nuestros dispositivos, servicios y cuentas. Y a la vez analizados para descubrir patrones íntimos digitales: como nuestros desplazamientos, relaciones, preferencias, creencias, para después se compartidos, y si… vendidos.
Esta ”sobredosis” o acumulación tóxica de datos puede conducir a consecuencias incómodas a largo plazo. Sobre todo porque después con estos datos un algoritmo lo procesa y nos clasifica bajo diferentes criterios. Por ejemplo un estudio llevado a cabo por la profesora de Harvard Latanya Sweeney, al analizar 120.000 anuncios de Internet (de los que se muestran como parte de tus resultados de búsqueda) se encontraron incidencias reiteradas de sesgos raciales.
O en otro estudio en el que analizan que datos personales, de comportamiento y de ubicación comparten con terceros las 110 aplicaciones más populares y gratuitas de Android e iOS Descubrieron que el 73% de las aplicaciones de Android compartían información personal como la dirección de correo electrónico con terceros y el 47% de las aplicaciones de iOS compartían coordenadas geográficas y otros datos de ubicación con terceros .
Aplicaciones como Panopticlick analizan hasta qué punto nuestro navegador y complementos nos protegen contra las técnicas de rastreo on line. La privacidad , los datos personales y los algoritmos nos plantean un nuevo escenario. El reto esta servido.
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